• February 13, 2022

Los Partidos Políticos Olvidan El Problema Del Desperdicio De Alimentos

La Organización de las ONU para la Agricultura y la Nutrición (FAO) asegura que antes que la comida llegue a los hogares ahora se ha perdido una tercer parte de la cosecha de comestibles, lo que representa 1.300 millones de toneladas por año.

Esto quiere decir un desperdicio de 177 kg de comida por persona y año, algo muy poco presentable en el momento en que 1.000 millones de humanos tienen adversidades para alimentarse.

El inconveniente es muy grave y se está confrontando en determinados países. No obstante, en España las ideas legislativas están paralizadas y no se muestran con apariencia de promesa en los programas electorales de los primordiales partidos.

Cuánta comida tiramos a la basura (y por qué razón debería estar preocupados)
El desperdicio de comestibles ayuda al cambio climático

El desaprovechamiento de los comestibles además tiene consecuencias destacables sobre la más grande amenaza que pesa sobre la vida en el planeta: el cambio climático. A nivel planetario, la producción de estos comestibles que no llegan a consumirse son los causantes del 8-10% de las emisiones de gases con efecto invernadero.

Hay que tomar en cuenta que los comestibles vegetales, en el momento en que no son de manera correcta tratados y compostados, fermentan en los campos y vertederos emitiendo a la atmósfera toneladas de metano, un gas con un efecto invernadero 25 ocasiones más grande que el dióxido de carbono.

“Bajar la proporción de comestibles que desechamos es primordial para dar de comer a una población que no deja de medrar”, enseña Liz Goodwin, directiva de Pérdida y Desperdicio de Comestibles para el Centro de Elementos Mundiales, una organización que pelea por la administración sostenible de los elementos naturales.
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Un inconveniente: la distribución global de comestibles

Parte importante del desperdicio se genera por desajustes entre los sistemas de producción agrícola, alojamiento, transporte y comercialización mundial de los comestibles. Por tal razón, la producción y consumo de comestibles locales se asocia con menos desperdicio.

A nivel comercial, entre los desafíos que poseemos por enfrente es que las compañías distribuidoras sean menos rigurosos con el aspecto que tienen que enseñar frutas y hortalizas. Hoy día se desecha una parte de la producción porque los vegetales muestran tamaños o bien formas que no encajan en nuestros “cánones de hermosura alimenticia”.
Las leyes primordiales que no llegan

En numerosas naciones de europa se publicaron campañas para fomentar el consumo de “comestibles feos”, mas muy sanos. En Francia, entre otras cosas, los supermercados Intermarché venden los feos un 30% más económicos (mas los venden, en el momento en que antes se llevaban a los vertederos).

En Alemania se han ordenado dos interfaces (Culinary Misfits y Ugly Fruits) para vender estos comestibles menospreciados por las considerables distribuidoras, y en el Reino Unido, el mediático cocinero Jamie Oliver es el representante de una campaña a la que se sumaron ahora numerosas cadenas de supermercados.
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Todas y cada una estas ideas están bien, mas son voluntarias y, por consiguiente, de efectividad más limitada que si fuesen obligatorias. Las asociaciones de clientes, como la Organización de Clientes y Individuos, requieren que el desperdicio se combata con la ley. Es algo que ahora se hace en Francia: los supermercados de sobra de 400 m2 no tienen la posibilidad de tirar sus excedentes, sino tienen que entregarlos a los bancos de comestibles o bien a plantas de compostaje si ahora no son comibles.
No está en los programas electorales

Es España, en 2013 el ministerio de Agricultura, Pesca y Nutrición lanzó la campaña informativa “Más alimento, menos desperdicio” y en 2017 el Senado creó una ponencia sobre el desperdicio alimenticio, primer paso para desarrollar una legislación sobre la materia.

12 profesionales llegaron a comparecer en el Senado mas la idea todavía no dió frutos legislativos, debido posiblemente a la situación interina del Parlamento y el Gobierno.

Lamentablemente, la idea no hace aparición en ninguno de los programas electorales de los 8 primordiales partidos –PSOE, PP, VOX, UP, C’S, ERC, PNV y MP– que se muestran a las selecciones en general del próximo 10 de noviembre, por lo cual seguramente la legislación no echará finalmente a andar hasta el momento en que no sea impuesta por la Unión Europea.
En los hogares además se están tirando los comestibles

Si la producción y distribución de los comestibles no está bien estructurada y como resultado se pierden comestibles, el inconveniente sigue en los hogares donde se tira a la basura una proporción bastante grande de los productos que se han comprado.

En España, en 2018 se tiró más comida a la basura que en 2017. El desperdicio se incrementó un 9% hasta lograr la friolera de 1.339 millones de kg de comestibles y bebidas. Con lo que tiramos podrían haber comido todo el año más de 2 miles de individuos.

El 81,5% de los hogares confiesa que tira comida a la basura y solo el 18,5% afirma que no lo realiza. Como media, cada lugar de vida tira 1,5 kg de comestibles por semana. Y lo que más tiramos son los comestibles sobre nutrición y a nivel económico más importantes.
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Lo que más tiramos: frutas y verduras

El 32% está conformado por frutas, entre aquéllas que resaltan las manzanas, los plátanos y las naranjas. Las hortalizas prosiguen a las frutas en cantidad desperdiciada: el 14% de todo cuanto tiramos.

Se ve que al adquirir entendemos los comestibles que nos resultan convenientes, mas después dejamos que se nos estropeen en la cocina y consumimos comestibles más golosos, llenos de grasas y azúcares, comunmente procesados y ultraprocesados, como pizzas y otros preparados que no llegan a estropearse porque no son frescos o bien porque están llenos de aditivos.

El 16% de lo que echamos a la basura son restos cocinados. Cocinamos pensando en explotar una sección en los días siguientes, mas se nos termina estropeando en el frigorífico. “Las tomas o bien las dejas”: las sobras que más despreciamos son las valiosas lentejas (ricas en proteína, hierro y otros minerales, vitaminas del conjunto B y fibra dietética). Tras las lentejas, las ensaladas son los platos que tiramos con más continuidad.

Los datos se muestran en un reporte del Ministerio de Agricultura Pesca y Nutrición que saca a la luz nuestras miserias. La conclusión es que si elaboráramos los menús con lo que más tiramos a la basura, nuestra dieta sería increíble. En cambio, en los hogares españoles se desaprovecha menos carne, pescado, pizzas y bocadillos.
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Cómo achicar el desperdicio de comestibles en el hogar

Tiramos comestibles a la basura porque no sabemos de lo que representa a nivel ambiental y para la economía familiar. Como media, cada lugar de vida pierde así entre 250 y 600 euros por año.
1. Adquisición solo lo que precises

Antes de llevar a cabo la adquisición, planea el menú semanal y redacta la lista de los elementos que vas a requerir, detallando las proporciones. Ten presente lo que ahora tienes en la despensa, el frigorífico y el congelador.
2. Piensa en porciones moderadas

Comunmente nos dejamos llevar por el deseo de vernos rodeados de abundancia en la mesa. El inconveniente es que este deseo contribuya a el consumo de un exceso de calorías (si nos lo comememos todo) o bien al desperdicio de comestibles (si no lo hacemos). La moderación en las porciones es entre los enormes misterios de la nutrición sana. Tenlo presente en el momento de poner los comestibles en la balanza.
3. Aprende a explotar

Si te ha sobrado comida, escoge si la dejas en el frigorífico para consumirla en los próximos días o bien si la congelas. Mas no supongas en el congelador como un espacio donde se puede almacenar por tiempo indefinido. Además tienes la oportunidad de llevar a cabo compotas, mermeladas, revueltos, sopas o bien fermentados.
4. Conoce las opciones de los comestibles

Explotar todas y cada una de las opciones de un alimento es un arte. Entre otras cosas, las pencas de las acelgas o bien los leños de las alcachofas están exquisitos rebozados en tempura. Y con las hojas de las zanahorias, picadas, puedes elaborar un increíble pesto.
5. Organiza bien el frigorífico y la despensa

Coloca siempre enfrente, bien a la visión, las sobras y los comestibles con fecha de caducidad más próxima. En el día a día elige estos comestibles a los que están detrás. Determinados trucos extienden la vida de los vegetales frescos. Entre otras cosas: lava las verduras de hoja y guárdalas en un táper en capas alternas con papel de cocina. Por otro lado, es considerable almacenar los comestibles frescos en relación llegues a casa con la adquisición.
6. Lee las datas

El fragancia y el aspecto de un alimento son las superiores señales de su estado, mas es preferible no consumir productos caducados aunque no simulen deteriorados. No confundas la fecha de “consumo preferente” con la de caducidad. La primera es únicamente una orientación, señala que la calidad del alimento puede haberse achicado, mas no supone que logre estar en estado deplorable.
7. Nevera fría y limpia

Las condiciones de el frigorífico influyen como resulta lógico sobre su aptitud de conservación. La temperatura aconsejable es de 4-5ºC (aparte de cambiar el termostato, verifica que las gomas de la puerta estén en buen estado a fin de que no entre el calor). Por otro lado, es conveniente llevar a cabo una limpieza del interior una vez por semana con una mezcla por igual de vinagre de limpieza y agua.
8. Si comes fuera o bien precisas comida lista

Recurre a la aplicación “Too good to go”, donde hallarás promociones a costo achicado de sitios de comidas y otros establecimientos en tu ámbito con comida que no han vendido en todo el día. Y si comes en un lugar de comidas, ten en cuenta que puedes soliciar que te preparen un táper con las sobras.

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